"UN SUEÑO CUMPLIDO"

Seguimos celebrando el 25 aniversario de la orquesta Gato Negro, y hoy toca rememorar una fecha muy importante para nosotros.

Hoy hace un cuarto de siglo que Gato Negro tomo la alternativa musical de manos de los míticos Came Ros´s en la feria de Tesorillo del año 86.

Con D. José María Casuso como alcalde, la Junta de Festejos se puso en contacto con nosotros para proponernos que el primer día de feria (miércoles 28 de Mayo), nosotros abriéramos la caseta municipal. No lo pensamos y dimos el visto bueno a ¡¡¡ TOCAR EN LA FERIA DE MI PUEBLO !!!.

Una locura, un desparpajo, una temeridad, la ilusión de nuestra vida… muchos calificativos para tan gran reto que nos habíamos marcado.

Lógicamente fueron un par de semanas de ensayo a tope y repasando minuciosamente el repertorio que pretendíamos tocar. Ya nos advirtieron que seria solo unas cuantas canciones. No más de media hora de actuación. Pero para nosotros era como un concierto de dos horas en las ventas de Madrid.

Llegó el día y esperábamos a la orquesta que nos prestaría los instrumentos para toca. Nosotros solo disponíamos de lo básico, una guitarra, un bajo y la pandereta.

Nos dijeron que la orquesta venia de Málaga y que se llamaba Came Ros´s.

Solo quedaba esperar y presentarnos a los que con el tiempo serian y son, nuestros grandes maestros.

Como niños que esperan la llegada de los reyes magos, así estábamos nosotros en la subida de la cuesta del pueblo.

Al fin se vio sobre el Secadero, una furgoneta roja con las letras en blanca que sin duda era la de los músicos.

Casualidad de la vida, esa furgoneta Mercedes, pasaría a ser de nuestra propiedad y a la que pintamos de rosa chicle para ser nuestra furgo durante varios años.

Esa tarde conocimos a Custodio, Miguel Ángel, Pedro, Manolo y Juan, los maravillosos CAME ROS´S, que luego pernoctarían varios años en a feria de Tesorillo.

Ayudamos como no podía ser de otra forma, a descargar los instrumentos.

Serian las siete de la tarde y a las diez y media teníamos que tocar. Como niños con zapatos nuevos estábamos todos.

Un ultimo repaso al repertorio y quedamos a las diez en la puerta de la caseta.

“Recuerdo (nos dice Riscos) que fue el único año que nos perdimos la cabalgata con los cabezudos y la banda de música. Pero nos daba igual, esa noche era mágica para nosotros".

Como quedamos, puntuales como británicos, estábamos todos en la puerta de la caseta a las diez en punto. La caseta estaba en el colegio nuevo y en la barra (como es normal) estaban los músicos.

Después de intercambiar saludos, nos subimos a conocer los instrumentos y que nos dieran unas lecciones de cómo funcionaba todo. Aun los nervios se podían controlar.

Desde allí no parábamos de ver entrar gente a la caseta, se estaba llenando de familiares y amigos.

Fue entonces cuando si entro el miedo escénico.
Recuerdo que Manolo (teclista de los Came) nos decía: “tranquilos que todo va a salir bien y vais a sonar muy bien, tranquilos”. Pero era complicado dejar de chirriar los dientes.

Vimos llegar a la corte real encabezada por la reina, que en aquel año era Mª Auxiliadora Duarte junto a sus damas Juani Valadez, María del Pilar Casuso, Juani Mª Sánchez y Ángeles Gil.

Justo detrás, las mas pequeñas con su reina Mª José Casuso y las damas Estefania, Mari Paz, Rocío, Carolina y Victoria.

Quedaba poco y desde bastidores, subió primero el pregonero que fue D. Rafael Palomino (Vicepresidente de de Diputación y Presidente de la Mancomunidad). Luego la coronación y los próximos éramos nosotros.

Eran tantos los nervios que Riscos clavaba las uñas en sus baquetas nuevas dejándoles las muescas.

“Señores y señoras, a continuación … la orquesta del pueblo. Los gatos negros”.

Aplausos y cada unos a su puesto. Como éramos gente jóven, nuestro repertorio era actual y enfocado a la gente de nuestra edad. Nada de pasodobles ni rumbitas ni nada por el estilo. Comenzamos con los Hombres G y el tema que estaba de moda “Venecia”, le siguió algo de los Inhumanos para continuar con Lobo hombre en Paris de la Unión y así hasta finalizar el repertorio.

Poco a poco se fue pasando el pánico y veamos que después de cada tema la gente nos aplaudía. Seguro que sonó fatal, pero éramos del pueblo y la gente lo reconoció.

Se acabo el tiempo y al bajar del escenario, nos creíamos los Beatles después de tocar en cualquier concierto. Satisfechos de poder cumplir uno de nuestros sueños. Tocar en mi pueblo y en mi feria y delante de mis padres.

Tuvimos que repetir al día siguiente. En un descanso de la orquesta entraríamos nosotros.

Fue terrible porque a parte de tocar frente al publico, nos estaban escuchando una de las orquesta de la comarca con mas renombre. Nos referimos a “Vuelo Charter”.

Innovadores de la puesta en escena y del sonido y sin duda, una (si no la mejor) orquesta que podíamos tener por el entorno.

Al igual que los Came, Vuelo Charter era un modelo a seguir en aquella época.

Entre el publico se encontraba una de las personas a las que Gato Negro tiene mucho que agradecerle.

Gran parte de culpa de que esta sueño siga funcionando después de 25 años, es culpa de el. Nos referimos a Ernesto González Lobo. Pero esa historia os la contaremos en otro momento.

Como decía, se encontraba Ernesto, que esa misma mañana había sido padre de un machote llamado Manuel.

No podíamos dejar pasar la oportunidad de dedicarle a el y su esposa Elena, una canción.

No se si fue acertada o no, pero en aquel momento nos pareció la mas ideal y le cantamos ese tema de los Inhumanos “Manué no te arrimes a la pared, que te va a llená de cá, de cá”.

Así que Manolo y Gato Negro, tienen vidas paralelas.

Hoy en dia podemos presumir de seguir amenizando las noches en la feria de mi pueblo, un verdadero lujo para nosotros.

Seguramente se nos olvida algún detalle de importancia, pero a groso modo, ASI FUE Y ASI SE LO HEMOS CONTADO.