NUESTROS PRIMEROS PASOS VOL*1.

Retomando la historia, os vamos a contar como nace la inquietud de los primeros componentes de la orquesta. Quien de vosotros no ha soñado con ser cantante, futbolista o piloto de avión. Pues en nuestro caso siempre soñamos con ser músicos de feria o también llamado cariñosamente “LOLAILOS”. Como todo, esto tiene un principio al que hay que remontarse a comienzos de los años 80; cuando en plena adolescencia se soñaba con imitar a los artistas de la época. Eran años dorados para el pop español, donde las bandas florecían a diario. Los primeros componentes de Gato Negro Orquesta, Juan Manuel Martín (El Primo) y Juan Riscos, solían visitar el cuarto de ensayo de The Broter en su última formación donde los dos chiquillos alucinaban escuchando las guitarras eléctricas y veían por primera vez una batería.

Entre acordes y arpegios, el veneno de la música se coló entre nuestras venas. Siempre recordaremos a los Antonio´s Menas cantando temas de los Creedence Clearwater Revival o aquella casa del sol naciente de los Animals, con aquella guitarra ekos color crema y a Jose Mary detrás de la batería. J.Riscos nos confiesa que después de ver los ensayos de Los Broter, se montaba su batería particular.

Con dos bombos de Colon, una caja metálica de galletas de Gibraltar y sobre un viejo trofeo colocaba la bandeja de su padre que era camarero y que hacia de plato. Con dos agujas de hacer punto se montaba su batería casera.

Ambos comenzaron a recibir clases de guitarra española de manos de Doroteo. Este señor, era un barbero que entre corte de pelo y afeitado, enseñaba a tocar la guitarra a los chavalotes de Tesorillo. Con angelitos negros, comenzaron los dos a tocar juntos. Poco se podía hacer sin un teclado que le diera cuerpo a las canciones. Fichamos a Jesús Fernández que comenzaba a despuntar con los teclados. Por aquella época quien disponía de un CASIOTONE PT-20, triunfaba como los Chichos.

Así fue como comenzamos a montar un repertorio ya que nos salio nuestro primer bolo en una fiesta escolar en el Secadero. Lobo hombre en Paris, Let´s Twist Again o Manué no te arrimes a la pared, fueron parte de los temas que tocamos sin mucha aceptación sea dicho de paso. Pero para nosotros fue una experiencia maravillosa. Cambiábamos los partidos de fútbol por ensayos a los que acudían los amígueles. José Carlos Ramírez se apuntó a cantar con nosotros y decidimos que fuera nuestro primer cantante oficial. Siendo así, ya podíamos hacernos la foto oficial.